sábado, 7 de marzo de 2009

Sobre el tinku

DANZAS, TINKUY Y ENCUENTROS
A LO LARGO DEL TAHUANTINSUYU Y DEL TIEMPO1

Nathalie Artal Vergara
nathalie.artal@gmail.com


Para comprender el proceso de conformación de la cultura latinoamericana han surgido algunos conceptos que explican tanto el encuentro como el desencuentro entre los invasores españoles y los pueblos originarios de América. Entre estos comprendemos el sincretismo, la transculturación y lo que otros llaman “el proceso de evangelización”. Todos conceptos que nos convocan a pensar al sujeto latinoamericano y la fiesta.

Una de las expresiones culturales intervenidas y estudiadas a través de estos conceptos son las danzas y cantos de los pueblos andinos. Es indudable que estas costumbres andinas prehispánicas referidas a danzas y cantos asimilaron, además, lo que ocurría en España con las manifestaciones populares en torno a iglesias y plazas (como es el caso de la Diablada y su nacimiento como un autosacramental, que ha representado la lucha del bien y el mal). En otros casos, las danzas andinas autóctonas, se tuvieron que adaptar a la fe católica como modo de supervivencia, entremezclando creencias para conservarlas, produciendo aquello que algunos llaman transculturación, “un proceso en el cual ambas partes de la ecuación resultan modificadas. Un proceso en el cual emerge una nueva realidad, compuesta y compleja; una realidad que no es una aglomeración mecánica de caracteres, ni siquiera un mosaico, sino un fenómeno nuevo, original e independiente”2 . Ante esto, expondré algunas reflexiones en torno a una de aquellas danzas rituales, que tras distintos procesos se ha instalado en la actualidad en un nuevo imaginario colectivo: el tinku en la zona urbana de Santiago de Chile.

Los bailes del ceremonial incaico: el tinku originario de Macha, Potosí-Bolivia

Garcilaso de la Vega (2000: 438) describe las ceremonias andinas preinvasión española de la siguiente forma:

Es de saber que todas las provincias del Perú, cada una de por sí, tenía manera de bailar diferente de las otras, en la cual se conocía cada nación, también como en los diferentes tocados que traían en las cabezas. Y estos bailes eran perpetuos, que nunca los trocaban por otros. Los Incas tenían un bailar grave y honesto, sin brincos ni saltos ni otras mudanzas, como los demás hacían. Eran varones los que bailaban, sin consentir que bailasen mujeres entre ellos; asíanse de las manos, dando cada uno las suyas por delante, no a los primeros que tenía a sus lados, sino a los segundos, y así las iban dando de mano en mano, hasta los últimos, de manera que iban encadenados. Bailaban doscientos y trescientos hombres juntos, y más, según la solemnidad de la fiesta (...) Salían todos juntos; daban tres pasos en compás, el primero hacía atrás y los otros dos hacia delante, que eran como los pasos que en las danzas españolas llamaban dobles y represas; con estos pasos, yendo y viniendo, iban ganando tierra
siempre para delante.

Así mismo, durante el tiempo de la conquista, Cieza (1971) observa “mil diferencias de danzas” en el antiguo Perú, en las cuales simbolizaban los oficios de ovejeros, labradores, pescadores, etc., así como también bailarines enmascarados o guacones andinos. El Padre Acosta agrega: “de estas danzas, la mayor parte era superstición y género de idolatría, porque así veneraban sus ídolos y guacas; por lo cual han procurado los prelados evitarlas lo más que pueden semejantes danzas”(Citado por Núñez: 28).

Una de estas manifestaciones es la “Fiesta del Tinku”, “Fiesta de la Cruz”, la “Churi fiesta” o la fiesta del “Tata Wila Cruz”, la cual gira en torno a la Chacana la cruz andina, ligada a las constelaciones y en especial a la Cruz del Sur. Esta fiesta supone un encuentro y confrontación de dos suyus o comunidades el cual incluye danza, música, golpes entre ambas comunidades y, con ello, arreglos de desavenencias. La música es tocada con instrumentos de caña llamadas julajulas y toma dos ritmos uno marcial o trote en el recorrido hacia el pueblo y otro de wayño cuando ya se encuentran en el mismo.

La chakana, entre otras cosas, representa el puente o escalera del mundo espiritual con el terrenal ,por otra parte, dio origen al nombre del Tahuantinsuyo (cuatro caminos). Más tarde, en palabras de Luciano Willak Jankani “los Extirpadores de Idolatrías se las arreglaron para suplantar la milenaria fiesta andina de la Cruz del Sur con una seudo celebración cristiana que denominaron Cruz Velakuy, fiesta de la Vera Cruz o Cruz de Mayo” (Willak: 2007).

La fiesta de la Chakana o Tinku, se basa en la palabra quechua “Tinkuy” la cual es una raíz muy interesante, tiene varios referentes todos relacionadas con el “encuentro”. Según José Antonio Vásquez en su texto Ética del encuentro... podrían ser tres: a) el tinkuy puede ser encuentro de confrontación que lleva incluso a la violencia ritual o efectiva, una muestra está en el Takanakuy Chumbivilcano que es un “encuentro de cuerpos y pensamientos para medir y contrastar dos impetuosidades”. Así lo define Laime3 en su estudio sociológico intracultural del Takanakuy. Plantear el encuentro en estos términos implica sinceridad, diálogo, compromiso con el otro, ya que a veces asisten personas para apoyar a los litigantes b) el tinkuy como armonía y conciliación. Es la comprensión más generalizada del tinkuy. Son experiencias interpersonales que generan amistad, y equilibrio. Esta dimensión tiene que ver con la parte festiva y canto que acompaña el Takanakuy llamada Waylilla. En este canto hay pena, pero también esperanza, hay gozo por el triunfo y consuelo por la derrota. Todos la cantan, finalmente todos han ganado algo, la paz, la superación del conflicto c) un uso más toponímico, basado en la tierra, dos ríos o dos caminos que se encuentran hacen tinkuy, y de estos tinkuy se forman ríos más grandes o caminos nuevos. Esta tercera acepción nos pone ante otra figura muy sugerente del tinkuy que es la suma de fuerzas, la de apertura de nuevos sentidos. El encuentro implica esto también, ser uno, compartir como aliados para fortalecer una opción.

La primera acepción, como confrontación que puede ser violenta, es la más difundida por los medios, acerca del tinkuy en Macha. Difusión que suele reducirse al morbo, y suele verse como un acto de salvajismo, como sucedió en Chile en el pasado 3 de mayo4, en donde la prensa poco indaga sobre el significado de la sangre que se ofrece a la Pachamama, como muestra de la solución de un conflicto; sangre que traerá fecundidad en las relaciones y en la tierra. Así en cambio, los medios no se sorprenden ante otros “sacrificios” ejercidos en nombre de la Paz Mundial o la “lucha contra el terrorismo” por las potencias económicas en donde no todos participan y mueren voluntariamente.

El Tinku como Folklore y expresión religiosa

Luciano Willak Jankani, citado anteriormente nos habla de una suplantación española de la Fiesta de la Chakana o Tinku por la “Cruz de Mayo”. Sabemos que estas “coincidencias” sobre calendarios festivos indígenas y españoles no fueron inocentes, sino que formaron parte del “proceso de evangelización”, en donde ambas partes, la indígena y la cristiana se aproximaban. Un ejemplo es lo que también sucede con la fiesta del Inti Raymi. En palabras del Licenciado Polo, citado por Núñez (2004: 28): “Hase de advertir que esta fiesta sea quasi al mismo tiempo que los cristianos hacemos la solemnidad del Corpus Christi; y que en algunas cosas tienen alguna apariencia de semejanzas (como es en las danzas, representaciones o cantares), y por esta causa ha habido y hay hoy día, entre los indios que parecen celebrar nuestra fiesta de Corpus Christi, mucha superstición de celebrar la suya antigua del Inti Raymi”.

Así, en palabras de Guaman Poma (1992: 606-607) se mandó “selebrar como Corpus Criste del año con mucha procición y dansas y taquies por los milagros y merced que Dios prometió”. Además, el mismo Guamán Poma informa acerca de aquellas fiestas que eran, según él, idólatras para que se castigasen y también da fe de aquellas que no son idolatras para que “ací le deje la justicia holgar” y “lo bueno se guarde” (1992: 301-302).

A partir de estos procesos los bailes toman un fuerte contenido religioso católico y muchos de los rituales y bailes fueron adaptados para ser enmarcados dentro de un contexto de cristiandad, para de esta forma ser difundidos como una herramienta de evangelización y conversión.
Este es también el caso del tinku, el cual como enfrentamiento ritual violento es rechazado hasta nuestros días por la Iglesia Católica y sus representantes. Es por esto, que el tinku sufre una “adaptación”, se ejecuta a modo de folklore como una representación del ritual y que es reconocido desde un tiempo a esta parte, además, como un tipo de danza estilizada y coreográfica, religiosa o meramente folklórica. Esta danza tinku es aquella que se ejecuta en carnavales, como el Carnaval de Oruro en Bolivia para la Virgen del Socavón, el Carnaval de Puno en Perú para la Virgen de la Candelaria e inclusive en la Fiesta de la Tirana en Chile para la Virgen del Carmen.

De esta manera el tinku como ritual, encuentro y enfrentamiento hasta nuestros días se vive y practica sólo en los pueblos capitales como en San Pedro de Macha, Sacaca, Pocuata, Chayanta y otros, en donde también existe cierto sincretismo religioso en la presencia de la cruz en esta fiesta, el cual es descrito por Ángela Lara Delgado, en “La parodia del Tinku: El ritual del tinku frente al tinku folklorico”:

Los elementos centrales de estas festividades son la cruz vestida, el ritual del tinku, la presencia de los jóvenes migrantes que retornan a la fiesta, música, baile y vestimenta propia de estas manifestaciones culturales.
La cruz debe estar para la fiesta bastante atabiada con fajas coloridas tejidas con lana de oveja, borlones de lana acrílica, lleva en la parte superior un rostro de cristo hecho en yeso y su respectiva montera, vestido con poncho y el chicote de autoridad. La cruz es la que encabeza la transición de los comunarios hacia el pueblo de Macha, para que el tres de Mayo sea llevada a la iglesia para escuchar la misa juntamente todas las mujeres que desean hacerlo, el alferez y el pasante, el resto de la comunidad espera en la torre Mallku tocando sus JulaJulas antes de empezar las provocaciones y los encuentros.

La llegada del Tinku y su presencia en la Fiesta de La Tirana en Chile

En general, los bailes tradicionales de La Tirana tienen raíces españolas, criollas, negras, indias y mestizas emergentes de la evangelización del siglo XVIII (Núñez: 96). Por ahora no existe un criterio único para clasificar regionalmente los bailes religiosos, de hecho, hay varios grupos: aquellos tradicionales cuya presencia recuerdan los viejos devotos de La Tirana, “desde siempre” (de ancestro colonial), y otros que se comprometen con los nuevos, entendiendo por tales los que aparecen en el límite convencional del año 1930 (108). Entre los bailes tradicionales están las mascaradas, diabladas realizadas en Iquique y Arica a partir del año 1960, a raíz de la influencia del carnaval de Oruro; las morenadas, los chunchos, pastoralistas y chinos. Allá por el año 1930 comenzó el proceso de recreación de los bailes de La Tirana, pues “se sentía una íntima necesidad de multiplicar las motivaciones para la indigenización de los valores de la religiosidad popular” (128). De esta manera aparece el primer baile gitano y continúa la fuerte influencia del altiplano boliviano, apareciendo por ejemplo el zambo caporal, de la mano de la familia Flores de Calama, quienes asisten al carnaval de Oruro por el año 1980 y lo incorporan.

Es probable que de esta misma manera se haya traído la danza de tinku folklórico a Chile, o bien gracias a alguna cofradía de danza de Bolivia, las cuales realizaban continuamente visitas a Iquique (como en 1966 lo hizo una diablada orureña).

No me parece arriesgado afirmar que las restricciones y las reglas impuestas desde la Iglesia a las danzas y sus ejecutores es mucho más fuerte y represiva en Chile que, por ejemplo, en el Carnaval de Oruro, así mismo lo observan Jocelyn Rodríguez y Leslie Araya (2006) en su investigación “Espejismos danzantes”:

en la fiesta de La Tirana, los promeseros o bailarines que presentan el tinku quedan bastante restringidos a las exigencias de la iglesia, ya que sus bailes son bastante recatados y calmos, donde las challas, los saltos y círculos, junto con la invitación a la participación de los observadores al baile, son anuladas por la condición de celebración religiosa y no de carnaval.

Lo mismo sucede con otras danzas, como el ya mencionado zambo caporal, en donde por ejemplo, en el caso de los “Zambos Caporales de La Tirana”, fundados en 1984, su historia cuenta:

a nuestro Baile se le prohíbe el uso de “Los pitos, cascabeles, mangas con vuelo (camisa de los varones) y se exige el largo de polleras de cuatro dedos sobre la rodilla para las damas, no se permite el color carne en las pantys y los bombachos deben ser largos (Zambos Caporales de La Tirana: 2008).

El tinku en la ciudad de Santiago de Chile y la nueva significación del “encuentro” como manifestación

Santiago de Chile, ciudad que recibe a gran número de hermanos y hermanas que emigran al país desde los cuatro suyus, es a mi modo de ver, una de las ciudades especialmente privadas de memoria, en donde se pretende olvidar nuestra cultura diversa y en donde los desencuentros son latentes. Los niveles de inequidad y desigualdad son altísimos sólo comparables con algunas tristes realidades como Nigeria y Bangladesh. Las causas más importantes se remontan a la estratificación social que desde la época colonial ha caracterizado a nuestro país, y que aún continúa privilegiando a individuos provenientes de grupos sociales tradicionalmente bien ubicados en la escala social5.

Otra herencia colonial que se impone hasta nuestros días es la prohibición de los carnavales hecha en 1816 por Casimiro Marcó del Pont, gobernador de la Corona española en Chile, en donde ordenó y mandó “que ninguna persona estante, habitante o transeúnte de cualquier calidad, clase o condición que sea, pueda jugar los recordados juegos u otros, como máscaras, disfraces, corredurías a caballo, juntas o bailes, que provoquen reunión de jentes o causen bullicio...”6.

Ante esto, si bien no como ritual, el tinku como danza estilizada en Santiago de Chile ha tomado dos formas: el de representación folclórica o religiosa y, por otra parte­- de manera espontánea en un principio­-, como un camino de encuentro entre varios danzarines y músicos que se manifiestan a través del tinku folclórico. La danza, que ha sido enseñada por inmigrantes u otros interesados en la cultura andina, se ha convertido en una herramienta esta vez de libertad, solidaridad, expresión y confrontación con la cual los ejecutores/as han aportado una danza de resistencia y equilibrio en las manifestaciones sociales con la cual se “va ganando tierra siempre para delante”, como decía Garcilaso.

Las primeras apariciones de tinku como pasacalle de forma masiva comenzaron hace algunos años cada 12 de octubre en la manifestación o Marcha de los pueblos Indígenas convocada por el pueblo mapuche, la cual transcurre por la principal avenida santiaguina comunicando los problemas y las demandas de este pueblo. Más tarde y a partir de esto, la danza del tinku también se abrió otros espacios y manifestaciones las cuales representan el sentir y las demandas de aquellos que no son considerados por la política neoliberal impuesta: las y los estudiantes pobres, las y los trabajadores, las y los indígenas y tantos otros.

Si bien la presencia de esta danza puede ser apreciada como un elemento simbólico-artístico en las manifestaciones, algunos consideran esta presencia como un retorno, al origen de la palabra tinku, pues si bien la confrontación no se da dentro del marco del ritual, sí adquiere una resignificación, que tiene que ver con el desear un equilibrio, igualdad, y en fin es un encuentro en donde varios ríos se reúnen pretendiendo exigir y generar uno más grande y nuevo.

La presencia de la danza del tinku en las manifestaciones sociales, en donde un colectivo se encuentra para exigir, pedir o esperar algo en conjunto, tiene directa relación con la definición ética del encuentro, en donde José Antonio Vásquez Medina, nos invita a que hagamos un tinkuy:

Para encontrarnos en el rostro del otro, para luchar contra los prejuicios culturales que invisibilizan nuestra tradición, para descubrir nuestras limitaciones y trabajar juntos por superarlas, para marchar contra la inequidad y contra la injusticia, para descubrir juntos alternativas más humanas a la lógica del mercado liberal, para ser un poco más nosotros y menos otros.

BIBLIOGRAFÍA

(A)

GUAMAN POMA DE AYALA, FELIPE (1992) [¿1615?] El primer nueva corónica y buen gobierno (John V. Murra y Rolena Adorno, editores), Siglo XXI, México.
NÚÑEZ, LAUTARO (2004) La Tirana del Tamarugal, Universidad Católica del Norte, Santiago de Chile.
VEGA, GARCILASO DE LA (2000) Comentarios reales de los Incas (Edición de Mercedes Serna), Libro Noveno, Editorial Castalia, Madrid, España.

(B)

BOFF, LEONARDO (1992) Quinientos años de evangelización. De la conquista espiritual a la liberación integral, Sal Tarrae, Santander, España.
CIEZA DE LEÓN, PEDRO DE (1971) La crónica del Perú (prólogo por Sergio Elias Ortiz), Eds. de la Rev. Ximenez de Quesada, Bogota, Colombia.
GRUZINSKI, SERGE (2000) El pensamiento mestizo, Paidos, Barcelona, España.
HIDALGO LEHUEDÉ, JORGE (2004) Historia andina en Chile, Editorial Universitaria, Santiago de Chile.
IZNAGA, DIANA (1989) Transculturación en Fernando Ortiz, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, Cuba.
RAMA, ÁNGEL (1982) Transculturación narrativa en América Latina, Siglo XXI, México.
ROSTWOROWSKI, MARÍA (1999) Historia del Tahuantinsuyu, IEP Ediciones, Lima, Perú.
AGRUPACIÓN ZAMBOS CAPORALES DE LA TIRANA (2008) Historia de nuestro baile (en línea)
http://zambosdelatirana.cl/2008/index.php?option=com_content&task=view&id=29&Itemid=39 [Consultado 29/08/08]
LARA DELGADO, ÁNGELA (S/F) “La parodia del Tinku: El ritual del tinku frente al tinku folklorico”, Tinku: Transición y conflicto, los jóvenes de las comunidades andinas en los centros urbanos (en línea), http://www.pieb.org/tinkuoruro/articulos.htm#parodia
RODRÍGUEZ, JOCELYN Y ARAYA, LESLIE (2006) “Tinku”, Espejismos Danzantes (en línea), http://www.umce.cl/espejismosdanzantes/bailes_tinkus.htm [Consultado 29/08/08]
VÁSQUEZ, JOSE ANTONIO (2008) Ética del encuentro: apuntes para repensar nuestra ética (en línea), http://joseantoniovasquezm.blogspot.com/2008/04/tinkuy.html. [Consultado 29/08/08]
WILLAK JANKANI, LUCIANO (2007) Orígenes míticos de la fiesta andina de la cruz de sur o cruz de mayo (en línea), http://intisuyo.zoomblog.com/archivo/2007/05/. [Consultado 29/08/08]

1Ponencia escrita para la X Jornada Andina de Literatura Latinoamericana Estudiantiles Jalla- E, Universidad de San Andrés, La Paz, Bolivia 2008.
2 Bronislaw Malinowski en su prólogo al libro de Fernando Ortiz Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1978, p. 5. Citado por Ángel Rama (1982: 33).
3 Laime Mantilla, Víctor. Takanakuy Cuando la sangre hierve. Cusco, Wilkar 2003. Citado en Vásquez (2008).
4 Cobertura de TVN (Televisión Nacional de Chile) puede apreciarse on line en http://www.youtube.com/watch?v=K36jkmap22M
5Extraído de “Las causas de la desigualdad en Chile”, del consejo asesor presidencial “Trabajo y Equidad”.
6 "Historia Secreta de Sanctiago de Chile" de Ismael Espinosa y Temo Lobos.

2 comentarios:

  1. Hola! una consulta... en que fecha escribiste esto?, tienes mas informacion acerca de lo que paso el 3 de mayo de que año¿?
    Ojala me puedas ayudar ya que estoy haciendo una presentación acerca del tinku.
    De antemano gracias

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  2. Muy interesante la forma de expresar lo que en verdad quiere transmitir esta danza y/o canto Tinku, me pase demasiado tiempo buscando una respuesta clara y concisa a mi interés por saber el verdadero significado que no solo fuera violencia o ritual mucho mas que eso hoy en día se debe atribuirle el concepto de encuentro para ser uno solo fuerte y unido. Muchas gracias por compartir el saber ya que valoro tanto la forma de expresar tanto sentimiento por un país, una nación.
    Atte: Desde Argentina

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